Mars Science Laboratory; nuevo paso en la búsqueda de vida marciana

La astrobiología es un extenso campo científico transdisciplinar relativamente nuevo pero muy pujante, cuyo objeto vertebral de estudio es, evidentemente, la posibilidad de vida en lugares del universo distintos de la Tierra, y la aclaración de si la vida es un fenómeno excepcional o por el contrario y como parece de esperar, está en mayor o menor medida extendida por el universo. Por supuesto, en este empeño sería crucial encontrarla en alguno de esos otros lugares, lo que supondría un gigantesco paso adelante en su desarrollo y ayudaría a dar sustancia a las numerosas teorizaciones desplegadas hasta ahora, necesariamente especulativas hasta que tal hallazgo se verifique.

Pero, dada la tecnología disponible, no son muchos los lugares mínimamente accesibles y que ofrezcan algunas de las condiciones consideradas esenciales para cualquier tipo de actividad biológica, todos dentro del Sistema Solar. Entre ellos, Marte ocupa un puesto de preferencia, y son muchos los astrobiólogos que apuestan decididamente por que será allí donde se encuentren los primeros indicios de vida extraterrestre presente o, al menos, los rastros de su existencia pasada.

Sobre estas premisas, la NASA ha puesto en marcha la misión Mars Science Laboratory (MSL), con el lanzamiento el pasado día 26 de noviembre del vehículo Curiosity, un rover considerablemente mayor (900 kg de masa) que cualquiera de los que se han enviado anteriormente, que amartizará el día 6 de agosto de 2012 y estará tomando datos sobre la superficie del Planeta Rojo durante al menos un año marciano, (equivalente a unos 687 días terrestres) con su sofisticada dotación de instrumentos. Los objetivos troncales de MSL son, según sus responsables, estimar el potencial biológico de la zona explorada, estudiar los procesos planetarios determinantes en la habitabilidad, y medir los niveles de radiación que inciden sobre su superficie. No obstante, aclaran, la cuestión de si la vida existe o ha existido en Marte no será directamente contestada a partir de los datos que recabe el vehículo, cuya instrumentación no ha sido concebida para detectar procesos biológicos actuales, ni para observar microorganismos o posibles fósiles que pudieran encontrarse. Sus mediciones, eso sí, servirán como base sobre la que plantear futuras misiones dotadas con instrumentos específicamente diseñados para la detección de vida. En este sentido, MSL debe considerarse un primer paso dentro de un programa más amplio enfocado a dilucidar definitivamente la cuestión de si en Marte existe o ha existido vida.

Para ello, Curiosity se ajustará en sus mediciones al criterio astrobiológico de “seguir el agua”, y se posará en una zona escogida precisamente por los numerosos indicios de que allí hubo agua en el pasado, el cráter Gale, donde además buscará otros ingredientes básicos de la vida, como compuestos de carbono y elementos químicos como nitrógeno, fósforo, azufre u oxígeno, cuyas relaciones isotópicas cuantificará por ser un dato de la mayor relevancia como indicio de vida.

En relación con la valoración de la habitabilidad de Marte en tiempos pasados, Curiosity caracterizará la geología del entorno para esbozar los procesos que han originado las rocas presentes y los ciclos implicados en su formación, así como la dinámica atmosférica. Como ya se ha mencionado, también analizará el espectro completo de radiaciones incidentes sobre la superficie para, entre otras cosas, hacer una evaluación previa de las posibilidades de enviar al planeta una misión tripulada en el futuro.

Ciencia española en Marte

Entre el conjunto de instrumentos que equipan el Curiosity (espectrómetros, analizadores de rayos X, cámaras para tomar imágenes tanto microscópicas como panorámicas…) hay que destacar la estación REMS (Rover Environmental Monitoring Station), desarrollada bajo el auspicio del Centro de Astrobiología del CSIC-INTA por un equipo español de científicos e ingenieros que constituyen la única representación europea en la misión. REMS está integrada por un conjunto de aparatos que registrarán, en el nivel superficial, la temperatura del aire y del suelo, la presión, la humedad relativa, la velocidad y dirección del viento, y la intensidad de la radiación ultravioleta. Es decir, se trata de un instrumento de registro medioambiental, que tomará datos durante cinco minutos por hora a lo largo de los 23 meses que como mínimo estará en funcionamiento el Curiosity (en total 3 horas diarias, más una hora diaria adicional que se empleará según el criterio del equipo de seguimiento) . A partir de estos datos se podrán determinar diversos procesos meteorológicos y geofísicos superficiales que contribuirán a comprender con mayor precisión las características de Marte en el entorno y en el nivel de estudio, orientados siempre según el objetivo último de la misión a ponderar las posibilidades de que Marte haya ofrecido unas condiciones de habitabilidad aptas para la vida en algún momento de su historia y hasta el presente. REMS consta concretamente de dos pequeños brazos sujetos al mástil en el que van dispuestos los sensores remotos de Curiosity, encargados de tomar las medidas eólicas, térmicas e higrométricas; un sensor ultravioleta situado en la plataforma superior del vehículo, y una unidad de control protegida en su interior y acoplada a un sensor de presión dispuesto también sobre la plataforma. Además de ser el primer instrumento español en Marte, REMS será también la primera estación ambiental operativa durante una periodo tan prolongado, un año marciano, a lo largo del cual tomará medidas diarias, posibilitando un análisis de las variaciones meteorológicas diurnas y estacionales, y proporcionará las primeras mediciones de radiación UV incidente sobre la superficie, de los componentes direccionales del viento, y de la temperatura del suelo.

MSL será sin duda una misión del mayor interés: desde el punto de vista de la astrogeología porque supondrá un avance en el conocimiento de nuestro planeta vecino; desde la perspectiva de la astrobiología porque, de entrada, denota la mera voluntad de seguir dotando de contenido a esta disciplina aún en pañales pero llena de apasionantes expectativas, y afianzará un nuevo paso en la búsqueda de vida extraterrestre despejando el camino para los que se darán más adelante. Por último, servirá de llamada de atención sobre la categoría de la ciencia española, recordando una vez más (y quizás como siempre infructuosamente), que es un sector lleno de talento pero obtusamente ignorado y desaprovechado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Biosfera profunda

Quimiosmosis y el origen de la vida

Exploration of Mars and Schiaparelli's canals episode