¡Bacterias!
Se proponía en la última entrada de este blog una consideración del desenfocado punto de vista antropocéntrico desde el que se valora el impacto humano en nuestro planeta y sus catastróficas consecuencias. Abundando en el asunto y dando un paso más, se tratará ahora otra visión miope de la naturaleza y, en particular, de la vida; la llamaremos “complejocentrismo”, un término grotesco quizá, pero que ya se ha utilizado por ahí en alguna ocasión y que, en cualquier caso, resulta ilustrativo. Veamos. No parece controvertido asumir de entrada que, entre el público en general, cuando se habla de “la vida” se piensa automáticamente en la vida superior: plantas y animales complejos que habitan con exuberancia la superficie de la Tierra integrando la biosfera. La vida simple (bacterias y arqueas), no entran en principio en la consideración mayoritaria como parte integrante de dicha biosfera. Si se mencionan, se suelen entender como una suerte de excrecencia de la vida, habitantes de un submu